jueves, 7 de octubre de 2010

Odio


Te quiero, sí, creo que puedo admitirlo y gritarlo con libertad.

Daría mi alma por hacerte feliz y mis sueños por verte.

Aquellos en los que sin poder evitarlo te muerdo una y otra vez, ansioso de tu amor, condenado por la distancia, anhelante de tus suspiros y castigado con no poder verte.

Desaparece de mi vida. No lo aguanto más.

Te odio si te odio

Porque nunca posare mi cabeza sobre tu pecho, mirándote a los ojos...deleitándome con tus besos


Odio la impotencia de no poder juntar mis manos con las tuyas porque entonces no te dejaría marchar, el no poder manejar mis desbordados sentimientos.

Odio que me ames porque jamás me lo creeré el pensar que algún día te separarás de mi, el no poder decirte que te quiero...inclusive a mi corazón por querer amar. Lo odio y lo tacho de entupido.

Es tanto lo que albergo que a veces me gustaría exponerme al ardiente sol del medio día. Te necesito, soy un ser obsesivo, te necesito al igual que necesito mi corazón, mis pulmones, mis ojos, el dulce brebaje de las venas... Te necesito a ti...Una necesidad verdadera lo repetiré hasta poder susurrártelo al oído.

Pero ser tan feliz iría contra-natura....ni siquiera los sueños son tan bellos sin embargo aun guardo la esperanza, porque todos merecemos divagar por nuestro propio.


Soy un ser en un mundo pasajero. El tiempo cae a mí alrededor y yo continuo impune a sus golpes a su fuerza a su violento paso.

Escribo frases de épocas pasadas, de sentimientos que caducaron para los seres humanos y que aún permanecen vivos en mí.

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